15 DIC 2021 - 20:06 CET

Desde el Museo de Arqueología y Etnología de América les deseamos

Felices Fiestas!!

Quizás la Navidad sea la más popular de las fiestas del cristianismo, y un tema recurrente en las artes. Sin embargo, la tradición de reproducir el nacimiento como lo hacemos tiene menos de ochocientos años.

Un “nacimiento” se compone de figuras de animales y personas, reyes, santos y ángeles de juguetería que representan la escena que, en la religión católica, celebra la epifanía de Jesús. También se lo conoce por el nombre popular de “belén” o “portal”. Y en la mayor parte de América Latina por el de “pesebre”.

Su implantación en América va pareja a la empresa colonial evangelizadora, convirtiéndose los pesebres en herramienta catequética y en expresión plástica de la maestría de los artistas virreinales. Pero también de la imaginación de las poblaciones indígenas, mestizas y afrodescendientes. Es así como los formatos se multiplicaron, en barro, madera, fibras vegetales, telas o lana, hojalata, investidos todos de costumbres y afectos. Las culturas populares tomaron la iconografía evangélica y la tradición católica del nacimiento, acomodándolas a sus escenarios, sus modos de vida, su indumentaria, sus celebraciones, sus arquetipos y hasta sus memorias. Porque el pesebre es una alegoría, pero es también una representación: ignorando cómo pudo haberse desarrollado la escena original del nacimiento de Jesús, ha de hacerse entendible visualmente a todo aquel que la contemple. Por esta razón proliferan las referencias étnicas y culturales en los pesebres, y los tipos indígenas se adaptan al modelo de Sagrada Familia.

El nacimiento que desde el Museo de Arqueología y Etnología de América de la UCM presentamos este año es un claro ejemplo de este sincretismo: un pesebre procedente de Chile en el que los personajes van ataviados al modo de las poblaciones huilliche (rama austral del pueblo mapuche) de la provincia de Chiloé, en la X Región de Los Lagos, y en el que se cuela un kultrun, tambor ceremonial que simboliza el mundo en su forma semiesférica, y en el que se representan los cuatro puntos cardinales, las fuerzas espirituales y las cuatro estaciones del año.

Como siempre, os esperamos en el espacio expositivo de la Planta 0, bajando por la escalera principal, y confiamos en que esta pequeña muestra de otras expresiones de la Navidad os resulte atractiva.